El por qué celebramos los solsticios con 108 saludos al Sol
El otro día, en un documental sobre los sherpas del Everest, vi que estas personas hacían un ritual de rezos hinduistas antes de comenzar la subida al siguiente campamento base. Y entre las frases que se bendecían unos a otros, se deseaban que vivieran 108 años.
“¿Por qué 108? Ni uno más, ni uno menos”. Fue el comentario de uno de los que estaba conmigo viendo la película.
“Es porque el 108 es su número sagrado, el número del Universo, de la existencia”. Le dije.
Vivir 108 años, 108 saludos al Sol en los solsticios, 108 cuentas en los japas malas… Pero, ¿por qué es especial este número en la tradición hinduista y en la práctica del yoga?
Como le respondí a mi amigo en aquel momento, lo resumo igual: el 108 simboliza la existencia y la divinidad, puesto que es el resultado de varias cuentas relacionadas con la Tierra y el Sol, quien nos nutre y nos da vida:
- El diámetro del Sol (quien nos nutre) es 108 veces mayor que el de la Tierra.
- La distancia entre ambos es 108 veces el diámetro del Sol.
Pero además, han encontrado este número en otras situaciones de su tradición:
- Se dice que el cuerpo se compone de 108 Nadis (los canales por los que pasa nuestra energía) y/o 108 marmas (los puntos de presión)
- La Diosa Durga tiene 108 nombres distintos. A los que se les reza con el japa mala que, como ya sabéis, tiene 108 cuentas (obviamente).
- Los Upanishads, los textos sagrados del hinduismo, son 108 en total.
O también me viene a la mente que, por ejemplo, que el dios Shiva tenía 108 sirvientes… Como ves es un número especial porque, para ellos, se repite en muchas ocasiones (en muchas otras de las dichas) que simbolizan la divinidad y en el trabajo para alcanzarla.
He de reconocer que, personalmente, a mí me encanta que todo esté tan alineado entre sí y que hayan encontrado un número que lo recoja todo.


LOS 108 SALUDOS AL SOL
Surya Namaskar -su nombre en sánscrito- es la secuencia fluida y acorde a la respiración que se suele realizar al principio de las prácticas de yoga para dejar que el cuerpo entre en calor movilizando cada una de sus zonas, activando una respiración consciente que aviva nuestro fuego interior y permitiendo que la mente comience a despejarse de pensamientos ajenos para permanecer en el presente y atenta a lo que hay aquí y ahora.
Realizar 108 son un símbolo de inmersión profunda interna de saber y aceptar cambios, ya que son momentos de transición en la Naturaleza y marcan nuevos inicios.
En la práctica honramos al Dios Sol por nutrirnos y darnos luz y vida. En especial los de invierno y verano ya que se siente más significativo en los cambios de la Naturaleza.
Cuando practicamos los 108 Saludos al Sol en el solsticio de verano –los días son más largos y hay más horas de luz- se considera que es una apertura, simbolizando la expansión y el crecimiento. Por eso, su intención es sembrar las nuevas intensiones y aspiraciones.
Mientras que, cuando se realizan en el solsticio de invierno –días más cortos y menos horas de luz- se hace enfocado a la introspección y la escucha interna donde regenerarte. Oportunidad para liberar las viejas energías y soltar lo que ya no te sirve en el camin.


LO QUE SUCEDE EN TU CUERPO
Pero es que, además, desde mi punto de vista, cada vez que los practico, se ha convertido en un reto en el que enfrentarnos a nosotros mismos por todos los cambios –físicos, mentales y emocionales- que se experimentan durante el tiempo que dura la práctica.
En cada persona se representan de una manera diferente: tensiones que se ponen o se quitan en alguna zona del cuerpo, pensamientos de creer que no eres capaz, de lo bien que los llevas, de estar perdido o acorde a la respiración, de la emoción que de repente ha aparecido sin más, de aquello que notas que liberas o que se queda atrapada con un nudo en tu cuerpo, de cómo transcurre el tiempo de rápido o lento… Y mil formas más distintas en cada uno.
Por eso, siempre animo a los alumnos a enfocarse en observar todos los procesos por lo que van a pasar mientras realizan los 108 Surya Namaskar porque es una experiencia fascinante y, por supuesto, totalmente distinta cada vez que lo haces. Si observas todo lo que ocurre en ti, ¡Es un viajazo interno increíble!
Y sales… Totalmente renovado. Limpio de tus creencias limitantes. Con un cuerpo liviano al que amas un poco más. Con ganas de estar contigo más tiempo.
Momentos de silencio y escucha interna por los que transitar.


Al comprender el significado profundo del número 108 y volcarlo en nuestra práctica de cada solsticio, creamos una forma poderosa de conectar con nosotros mismos en el desafío y la superación de ésta que, finalmente, se refleja fuera de la esterilla.
Abraza el yoga como una herramienta para la transformación y el autoconocimiento.