La importancia de los bandhas
Cuando has practicado yoga, seguramente, has escuchado a tu profesor decir que actives los bandhas y te has preguntado, “¿qué es eso?”. Y peor aún… “¿Cómo los activo?”.
Tengo que decirte que los bandhas son, desde mi experiencia personal, la parte más importante de la práctica de yoga; pues el verdadero alineamiento del cuerpo no es de los huesos, ni músculos, sino de los bandhas. Por eso, voy a intentar contarte -cada uno requeriría de un post- qué son y como usarlos, aunque, desde ya, te digo que sólo los entenderás cuando los incluyas en cada una de tus posturas y los tengas activos en todo momento.
Según las tradiciones yóguicas, el ser humano se mueve a través del prana -energía vital- que tiene repartido por todo su cuerpo, siendo este parte de mantenernos vivos. Para poder activar esa energía y hacer que fluya, por donde queremos, es necesario utilizar los bandhas, que redirigen y retienen el prana.
Bandha, traducido como “bloqueo” o “válvula”, describe a la perfección la acción que realiza: son los responsables de mantener el prana dentro de nuestro cuerpo. Seguro que has escuchado también que los bandhas funcionan como ‘cierres’, pero realmente no es una puerta que se cierra, sino más bien una compuerta que deja entrar la energía, pero no la deja salir, por lo que la retiene.
¿Y por qué es tan importante, si ya tenemos el prana dentro?
Una cosa es tener energía y otra que se esté moviendo como nosotros queremos. Los bandhas son movimientos sutiles que hacemos para que la energía fluya sin obstáculos, para que nutra aquellas zonas a las que no llega. Al elongar el asana desde los bandhas, la musculatura se relaja y hace que la postura sea más ligera. De ahí a que resulten esenciales en nuestra práctica: sin una verdadera alienación de nuestra energía, es imposible hacer un asana correctamente
Dicho esta pequeña teoría, vamos a lo importante. Cuáles son los bandhas y cómo activarlos.
Escucharás a muchas personas hablar sólo de tres bandhas esenciales -Mula bandha, Uddiyana bandha y Jalandhara bandha- y no es incorrecto. Se suele hablar sólo de estos tres porque los bandhas se practican para los pranayamas y estos ejercicios se hacen estando la persona sentada, por lo que activas, únicamente, los necesarios. Pero la verdad, es que no se puede hacer la práctica si no se utilizan cinco. Y, te aseguro, que cada uno de ellos tiene su función importante. Comenzaré explicándotelos desde abajo a arriba, la misma dirección en la que debes dirigir tu energía.
Uddiyana bandha (uddiyana – volar hacia arriba). Se encuentra en nuestro abdomen; de hecho, es el abdomen inferior -debajo del ombligo- el que realiza la acción de uddiyana bandha dirigiéndose hacia adentro y hacia arriba, durante toda la respiración. No se trata de meter el ombligo sin más, pues debemos dejar al diafragma espacio para la respiración. Si lo activas durante el asana, ayudas a tu cuerpo a estabilizar tu centro de gravedad y, además, a proteger la columna vertebral.
Jalandhara bandha (Jalandhara – garganta). Situado en la garganta de la persona, se activa cuando el mentón se encuentra con el esternón. ¡Cuidado con este gesto! No es llevar el mentón hacia abajo sin más, sino elongar -energéticamente- el axís y el atlas hacia delante y luego bajar y el esternón subir hasta que se encuentren. Para saber si lo haces correctamente y no desde una rectificación cervical, debes de comprobar que, en ningún momento, la hondura que hay en la parte de atrás de tu cuello se ha perdido; es decir, no puedes notar la parte posterior estirada. Esto es muy importante, porque ahí está la diferencia con rectificar el cuello que no es lo que buscamos en absoluto. Además, es un bandha que no todo el mundo puede activarlo del mismo modo. Evítalo si tienes la presión arterial alta y, en el caso de tener dolores de cuello, es mejor que sólo sea tu pecho el que suba y que tu mentón baje tanto. Es el bandha más importante para los hatha yoguis, pues jalandhara bandha ayuda a mantener el prana desde el cuello hacia abajo y hace que no se escape hacia la cabeza y más allá de nuestro cuerpo.
Hasta bandha (hasta-mano). Se encuentra en la palma de las manos y, al igual que en pada bandha, nace del arco que se crea en la palma de las manos; la zona central que se queda elevada al apoyar las yemas de los cinco dedos y el talón de la mano, donde se encuentran los huesos carpianos. Se podría decir que hace un papel similar a pada bandha, con la diferencia de que hasta bandha sólo se activa cuando las manos son parte de nuestra base, es decir, cuando tienen contacto con la tierra y utilizan la misma irradiación que los pies para empujar el suelo y elevarse.
Los bandhas son aprendidos como parte física y se activan con la musculatura al principio, pero con su continua práctica, la activación vendrá de la mente y la consciencia. Así que, para comenzar, trabaja desde tu cuerpo: Recuerda que debes estar alineado físicamente para que los bandhas se encuentren en la misma dirección. Tus rodillas no pueden estar bloqueadas -no llevarlas hacia atrás-; tu pelvis debe estar neutra -ni anteversión, ni retroversión-; tu columna vertebral debe mantener su curvatura natural –ni convexa ni cóncava de más-; tu abdomen debe ir hacia dentro y arriba; tu cuello no debe mantener una línea recta, sino respetar su curvatura -evita la rectificación cervical- y tu coronilla debe empujar siempre hacia arriba –no la zona delantera de la cabeza ni la frente-.
Pada bandha (pada – pie). Se halla cuando se mantiene el equilibrio repartido entre la parte delantera -las amoladillas de los dedos meñique y pulgar- y la parte trasera -talón interno y externo- del pie y haces, a su vez, la acción de empujar el suelo. A su vez, haz la acción de elevar la parte del medio -el conocido arco del pie-, aunque no sientas, al principio, que físicamente se mueve, sí lo hará a nivel energético, y te otorgará ese efecto rebote, de la energía empleada al empujar hacia abajo, para ir hacia arriba. Sinceramente, para mí, es el bandha más importante, desde el que nace el enraizamiento. Es la primera “válvula” que se abre para que el prana comience a subir y pueda alinearse en los demás bandhas. Si no activas pada bandha, ya empiezas con un bloqueo para toda la postura. Así que, ponlo en práctica en cada asana, mantén ese efecto de querer empujar tus pies -colocándolos en flex-.
Te aconsejo comenzar con Tadasana para que lo comprendas mejor. No tengas prisa y quédate en la postura de la montaña hasta que lo sientas. Al principio es difícil que tu cuerpo entienda esto, pero conforme lo pones en práctica, ¡Voilà! De repente sientes como sube la energía y se conecta con el siguiente bandha.
Mula bandha (mula – raíz). Se encuentra en la base de la columna vertebral, entre el hueso púbico y el coxis. Se activa con la musculatura del suelo pélvico que, nos otorga una sensación de elevación. Para comprenderlo mejor, es una acción similar a la de contraer el perineo cuando tenemos ganas de orinar y queremos aguantarnos. Quizá sea el bandha más fácil de entender y accionar, ya que el aguantar las ganas de ir al baño lo hemos hecho, más de una vez, de manera inconsciente. Mula bandha controla apana -energía descendiente- por lo que, si bloqueamos esta zona, conseguiremos evitar que el prana se escape hacia abajo y sólo pueda dirigirse hacia arriba.